viernes, 26 de septiembre de 2014

Romancero tradicional

Romance de Delgadina
(versión española)
Un rey tenía tres hijas,
Tres hijas como la plata.
La más pequeña de ellas
Delgadina se llamaba.
Un día estando a la mesa
Su padre la remiraba.
--¿Qué me miras, padre mío,
que me miras a la cara?
--Te miro una cosa hija
que has de ser mi enamorada.
--No lo querrá Dios del cielo
ni la Virgen soberana
que mi madre sea suegra
y mis hermanas cuñadas.
--Alto, alto, mis criadas,
a Delgadina matarla.
Y si no la queréis matar,
Encerrarla en una sala.
No la deis de beber,
Ni tampoco de comer
Mas que un poco de agua turbia
Y una sardina salada.
Han pasado siete días.
Asomada a una ventana
Ha visto a sus hermanitas
Bordando juegos de plata.
--Hermanas, si sois hermanas
Darme una jarra de agua,
Mas de sed que no de hambre
A Dios entrego mi alma.
--Retírate Delgadina,
Delgadina desgraciada,
si mi padre lo supiera
la cabeza nos cortara.
Delgadina se retira
Triste y desconsolada.
Con lágrimas en los ojos
Iba regando la sala.
Han pasado siete días.
Se ha asomado a otra ventana.
Ha visto a su tierna madre
Peinando sus bellas canas.
--Madre, si usted es mi madre,
deme una jarra de agua,
mas de sed que no de hambre
a Dios entrego mi alma.
--Retírate Delgadina,
Delgadina desgraciada,
que por ti no como en mesa
ni tampoco duermo en cama.
Delgadina se retira
Triste y desconsolada.
Con lágrimas en los ojos
Iba regando la sala.
Han pasado siete días.
Se ha asomado a otra ventana
Y allí estaba su padre.
--Padre, si usted es mi padre,
deme una jarra de agua,
mas de sed que no de hambre
a Dios entrego mi alma.
--Hija yo te lo daré
si tu cumples mi palabra.
--Padre yo la cumpliré
aunque sea de mala gana.
--Alto, alto, mis criadas,
a Delgadina agua darle;
unas con jarras de oro
y otras con jarras de plata.
A llegar a Delgadina
Ya nada le hacía falta:
Una fuente había a su lado
Y ya estaba amortajada.

Delgadina. Corrido mexicano del siglo XVIII basado en el romance español
Un buen rey tenía tres hijas
muy hermosas y galanas
la más chiquita de todas
Delgadina se paseaba
de la sala a la cocina,
con su vestido de seda
que su pecho le ilumina.
-Levántate, delgadina
ponte tu falda de seda,
pa' que vayamos a misa
a la ciudad de Morelia.
Cuando salieron de misa,
su papá le platicaba:
-Delgadina, hija mía,
tú serás mi prenda amada.
-Ni lo quiera dios del cielo,
¡Ni la virgen soberana!
Que es ofensa para mi madre
y perdición de mi alma.
-Júntense mis once criados,
encierren a Delgadina;
Si les pide de comer,
no le den comida fina.
-Mamacita de mi vida,
un favor te estoy pidiendo,
que me des un vaso de agua
que de sed estoy muriendo
-Ay hijita de mi vida,
no te puedo dar el agua,
si lo sabe el rey tu padre,
a las dos nos quita el alma.
-Papacito de mi vida,
un favor te estoy pidiendo,
que me des un vaso de agua
tu castigo estoy sufriendo.
-Júntense mis once criados,
llévenle agua a Delgadina,
en unos vasos dorados
y otros de cristal de china.
Cuando entraron al cuarto,
Delgadina estaba muerta,
con sus ojitos cerrados
y con su boquita abierta.
La cama de Delgadina
de ángeles está rodeada,
y la cama del rey su padre
de demonios apretada.

Mambrú (Versión mexicana)
Mambrú se fue a la guerra,
¡qué dolor, qué dolor, qué pena!,
Mambrú se fue a la guerra,
no sé cuando vendrá.
Do, re, mi, fa, sol, la,
no sé cuando vendrá.
Vendrá para la Pascua,
chipirín, chipirín, chin chin,
vendrá para la Pascua
o para Trinidad.
Do, re, mi, fa, sol, la,
o para Trinidad.
La Trinidad se pasa,
chipirín, chipirín, chin chin,
la Trinidad se pasa,
Mambrú no vuelve más.
Do, re, mi, fa, sol, la,
Mambrú no vuelve más.
Mambrú se ha muerto en guerra,
chipirín, chipirín, chin chin,
Mambrú se ha muerto en guerra,
lo llevan a enterrar.
Do, re, mi, fa, sol, la,
lo llevan a enterrar.
Con cuatro oficiales,
chipirín, chipirín, chin chin,
con cuatro oficiales,
y un cura sacristán.
Do, re, mi, fa, sol, la,
y un cura sacristán.
Arriba de su tumba,
chipirín, chipirín, chin chin,
Arriba de su tumba,
un pajarito va.
Do, re, mi, fa, sol, la,
un pajarito va.
Cantando el pío-pío,
chipirín, chipirín, chin chin,
cantando el pío-pío,
y el pío-pío pa.
Do, re, mi, fa, sol, la,
y el pío-pío pa.

ROMANCE DEL MORO ALATAR

De Granada parte el moro
que Alatar se llamaba,
primo hermano de Bayaldos,
al que el Maestre matara,
caballero en un caballo
que de diez años pasaba,
tres cristianos se le curan,
el mismo le da cebada;
una lanza con dos hierros
que treinta palmos pasaba,
hízola aposta el moro
para bien señorearla;
una adarga ante sus pechos
toda nueva y cotellada;
una toca en su cabeza
que nueve vueltas le daba,
los cabos eran de oro,
de oro, de seda y de grana;
lleva el brazo arremangado,
so la mano alheñada.
Tan sañudo iba el moro,
que bien demuestra su saña,
que mientras pasa la puente,
nunca al Darro le miraba.
Rogando iba a Mahoma,
a Mahoma suplicaba,
que le muestre algún cristiano
en que ensangriente su lanza.
Camino va de Antequera,
parecía que volaba,
solo va, sin compañía,
con una furiosa saña.
Antes que llegue a Antequera,
vido una seña cristiana,
vuelve riendas al caballo
y para ella le guiaba,
la lanza iba blandiendo,
parecía que la quebraba.
Saliósele a recibir
el Maestre de Calatrava,
caballero en una yegua,
que ese día la ganara,
con esfuerzo y valentía
a ese alcaide del Alhama;
de todas armas armado,
hermoso se divisaba,
una veleta traía
en una lanza acerada.
Arremete el uno al otro,
el moro gran grito daba,
diciendo: -¡Perro cristiano,
yo te prenderé la barba!
El Maestre entre sí mismo
a Cristo se encomendaba.
Ya andaba cansado el moro,
su caballo ya aflojaban;
el Maestre, que es valiente,
muy gran esfuerzo tomaba.
acometió recio al moro,
la cabeza le cortara.
El caballo, que era bueno,
al rey se lo presentaba,
la cabeza en el arzón,
porque supiese la causa.

SALE LA ESTRELLA DE VENUS –Lope de Vega

Sale la estrella de Venus
al tiempo que el sol se pone,
y la enemiga del día
su negro manto descoge,
y con ella un fuerte moro
semejante a Rodamonte
sale de Sidonia airado,
de Jerez la vega corre,
por donde entra Guadalete
al mar de España, y por donde
Santa María del Puerto
recibe famoso nombre.
Desesperado camina,
que siendo en linaje noble,
le deja su dama ingrata
porque se suena que es pobre;
y aquella noche se casa
con un moro feo y torpe
porque es alcaide en Sevilla
del Alcázar y la Torre.
Quejándose tiernamente
de un agravio tan inorme,
y a sus palabras la vega
con dulces ecos responde:
«—Zaida, dice, más airada
que el mar que las naves sorbe,
más dura e inexorable
que las entrañas de un monte,
¿cómo permites, cruel,
después de tantos favores,
que de prendas de mi alma
ajena mano se adorne?
¿Es posible que te abraces
a las cortezas de un roble,
y dejes el árbol tuyo
desnudo de fruta y flores?
Dejas tu amado Gazul,
dejas tres años de amores,
y das la mano a Albenzaide,
que aun apenas le conoces.
Dejas a un pobre muy rico
y un rico muy pobre escoges,
pues las riquezas del cuerpo
a las del alma antepones.
Alá permita, enemiga,
que te aborrezca y le adores,
y que por celos suspires
y por ausencia le llores,
y que de noche no duermas,
y de día no reposes,
y en la cama le fastidies,
y que en la mesa le enojes,
y en las fiestas, en las zambras,
no se vista tus colores,
ni aun para verlas permita
que a la ventana te asomes;
y menosprecie en las cañas,
para que más te alborotes,
el almaizar que le labres
y la manga que le bordes;
y se ponga de su amiga
con la cifra de su nombre,
a quien le dé los cautivos
cuando de la guerra torne;
y en batalla de cristianos
de velle muerto te asombres,
y plegue a Alá que suceda
cuando la mano le tomes,
que si le has de aborrecer,
que largos años le goces,
que es la mayor maldición
que pueden darte los hombres—».
Con esto llegó a Jerez
a la mitad de la noche;
halló el palacio cubierto
de luminarias y voces,
y los moros fronterizos
que por todas partes corren,
con sus hachas encendidas
y con libreas conformes.
Delante del desposado
en los estribos alzóse;
arrojóle una lanzada
de parte a parte pasóle;
alborotóse la plaza,
desnudó el moro un estoque,
y por mitad de la gente
hacia Sidonia volvióse.



No hay comentarios:

Publicar un comentario