LA DULZURA DEL ÁNGELUS…- Rubén Darío
La dulzura del ángelus matinal y divino
que diluyen ingenuas campanas provinciales
en un aire inocente a fuerza de rosales,
de plegaria, de ensueño de virgen y de trino
de ruiseñor, opuesto todo al rudo destino
que no cree en Dios... El áureo ovillo vespertino
que la tarde devana tras opacos cristales
por tejer la inconsútil tela de nuestros males
todos hechos de carne y aromados de vino...
Y esta atroz amargura de no gustar de nada,
de no saber adónde dirigir nuestra prora
mientras el pobre esquife en la noche cerrada
va en las hostiles olas huérfano de la aurora...
(¡Oh, suaves campanas entre la madrugada!)
Insensibles
a fiestas y grimas
y
con alas de luz de centellas,
pero
esquivos a cautas doncellas,
difundíos
por gentes y climas.
No
sois gemas inmunes a limas
y
con lampos de fijas estrellas,
sino
chispas de golpes y mellas
y
ardéis lascas de piedras de simas.
Pero
hay siempre valer en las rimas.
Por
que duran refranes? Por ellas,
y
no suelen llevarlas opimas.
Id,
las mías, deformes o bellas:
inspirad
repugnancias o estimas,
pero
no sin dejar hondas huellas.
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